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¡Viva la Virgen! Celebrando la tradicional bajada de la Patrona del Zulia
La Santa Misa de la Bajada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá reúne a miles de devotos en un ambiente de fervor
La tarde de este sábado, la Santa Misa de la Bajada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se transformó en un evento memorable, congregando a miles de devotos en un ambiente de fervor y espiritualidad. Este año, la celebración no solo rindió homenaje a la Virgen de Chiquinquirá, sino que también unió a la comunidad en un acto colectivo de fe y devoción que resonó en cada rincón de la basìlica.
Desde tempranas horas, los fieles comenzaron a llegar al lugar, anticipando una ceremonia que, más allá de ser un rito religioso, simboliza la unidad y el compromiso de los marabinos con su identidad cultural. La ceremonia, que dio inicio a las 5:04 p.m., fue presidida por el obispo de Maturín, Enrique Pérez Lavado.
El obispo, acompañado por otros sacerdotes y diáconos, lideró la Eucaristía con gran solemnidad. Su presencia, junto a una majestuosa casulla dorada adornada con un galón azul y una «M» dorada, símbolos de la Virgen María, aportó un aire de reverencia y solemnidad a la celebración.
El altar, decorado con vibrantes arreglos de flores en tonos naranja y rojo, ofreció un entorno festivo que emocionó a todos los presentes. La combinación de colores y la fragancia de las flores crearon un ambiente propicio para la reflexión y la oración, reflejando la espiritualidad que caracteriza esta ocasión. Los asistentes, muchos de ellos vestidos con trajes tradicionales que simbolizan su devoción, se unieron en oración, elevando sus voces en himnos y cantos dedicados a la Reina Morena.
Uno de los momentos más significativos de la celebración fue el descenso de la reliquia de la Virgen de Chiquinquirá. Este acto, realizado en medio de un profundo silencio, permitió a los devotos unirse en un instante de recogimiento que reflejaba la profundidad de su espiritualidad. La reverencia y el respeto que se vivieron en ese momento resonaron en cada rincón del templo, haciendo palpable la conexión entre los fieles y su Virgen.
Al concluir la misa, los marabinos se prepararon para acompañar a la Reina Morena en una emotiva procesión. Este año, la imagen de la Virgen fue engalanada con un manto diseñado por el reconocido creador caraqueño Julio Mora. Este manto, que simboliza la oración y la unión, presenta una silueta de la Virgen María adornada con cientos de cristales que representan el mundo, reflejando la luz y la esperanza que la figura de la Virgen irradia a sus devotos.
La festividad de la Bajada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá no se limita a la misa y la procesión del sábado. Este domingo, 27 de octubre, la celebración continuará con la salida de la réplica de la Patrona del Zulia en una procesión por los pueblos del agua. El recorrido comenzará desde el malecón de Maracaibo, donde miles de fieles se congregarán para seguir la imagen, llevando en sus corazones el espíritu de la festividad.
Este evento, que trasciende el ámbito religioso, se convierte en un verdadero símbolo de la cultura zuliana, integrando a las comunidades en un acto de amor y devoción. Las festividades en honor a la Virgen de Chiquinquirá no solo celebran la religiosidad de la región, sino que también destacan la identidad cultural de sus habitantes, quienes se unen en torno a sus tradiciones y creencias. Este año, la celebración de la Bajada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá ha sido una manifestación clara del fervor y la unidad de los marabinos, quienes, a través de la oración y la devoción, continúan fortaleciendo su lazo con la Virgen y entre ellos mismos.
El lema de las fiestas patronales de este año, «Chiquinquirá, camino de esperanza y paz, ¡125 años consagrados a su hijo!», resonó con especial relevancia en este contexto.
Además, se recordó que esta celebración coincide con el natalicio del beato José Gregorio Hernández, lo que añade un significado especial a esta festividad.
Gritos de emoción, rezos, gaitas e incluso fuegos artificiales acompañaron a la Virgen Morena hasta el final, quien permanecerá en procesión hasta finales de noviembre, cuando regrese a su altar.
La Dama del Saladillo lució un manto corto, inspirado en el Santísimo Sacramento del Altar, simbolizando el cuerpo y la sangre de Cristo. Este manto, elaborado en encaje rose gold y decorado con perlas y cristales, fue ofrendado por la familia Santana Rodríguez y diseñado por Rafael Tapia. La tradición se mantuvo viva, y los Chiquinquireños fueron los encargados de amenizar la ceremonia mariana.
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Durante el descenso, la fe y el amor mariano se hicieron presentes, no solo a través de la música, sino también mediante las oraciones de la feligresía. La misa fue oficiada por el arzobispo de Maturín, monseñor Enrique Pérez, quien declaró que «la Virgen siempre está con nosotros, pero este día camina junto a su pueblo. El milagro de la renovación religiosa es su demostración de la protección de sus fieles».
Al finalizar la Santa Eucaristía, el párroco rector Nedward Andrade agradeció a monseñor Pérez Lavado por oficiar la misa de la tradicional Bajada. Asimismo, le otorgó el Rosario de Oro en su única clase.
Cuando la imagen de La Chinita bajó por completo hasta la puerta de la Basílica para salir a la plazoleta, los fuegos artificiales iluminaron el cielo, anunciando que estaba de reencuentro con su grey.
La conexión espiritual, el fervor y la devoción se entrelazaron en este acto que no solo celebra la religiosidad, sino que también fortalece la identidad cultural de los marabinos.